Desde la calidad del sueño hasta relaciones sexuales más gratificantes, son varios los aspectos de su vida que pueden mejorar al disminuir su consumo calórico, según una investigación reciente.
Personas sanas y también con sobrepeso pueden percibir cambios positivos en sus vidas al llevar una dieta baja en calorías.
Si reduce el porcentaje de calorías de su dieta diaria, su vida puede cambiar para bien. Mejoraría su estado de ánimo, tendría menos estrés, dormiría mejor y hasta aumentaría su deseo sexual, y no hablamos de hacer una dieta estricta: con solo reducir 12% de la ingesta calórica se pueden notar cambios importantes, tenga o no tenga sobrepeso. Así lo sugiere una investigación divulgada recientemente por la revista Jama International Medicine.
Corby Martin, director de ciencias conductuales y epidemiología del Centro de Investigación Biomédica Pennington en Baton Rouge y autor principal del etudio, considera que los resultados que obtuvieron son interesantes y novedosos, por muchas razones. “Los participantes estaban sanos al comienzo de la investigación, por lo tanto, hemos visto mejoras en personas que ya tenían una buena calidad de vida. Quienes tienen una buena calidad de vida tienen menos posibilidades de mejorarla, pero un montón de posibilidades de que empeore, y solo se observaron efectos positivos”, dijo el académico a
Para llegar a estos resultados, trabajaron con dos grupos de adultos (38 años de edad, en promedio) que tenían un ligero sobrepeso; a un grupo se le pidió que redujera el porcentaje de calorías que ingería a diario, al otro no se le exigió ningún cambio en su dieta. El grupo que no disminuyó la ingesta calórica no presentó cambios significativos, mientras que los otros “restringieron su ingesta calórica en un 12%, en promedio, por más de 2 años, bajaron el 10% de su peso y mejoraron su salud y calidad de vida”, explicó Martin. Estos hallazgos contrastan con la creencia de que al bajar el consumo calórico en el menú diario se experimenta irritabilidad o desnutrición.
Los especialistas observaron los cambios biológicos esperados cuando se lleva una dieta baja en calorías, como menos azúcar en la sangre, buen nivel de colesterol y una mejor presión arterial. Y fueron los mismos participantes quienes les hicieron ver que las mejoras iban más allá, al reportar cambios directamente relacionados con su bienestar: su estado de ánimo mejoró (incluso en trastornos como depresión), así como la calidad del sueño.