Por Carlos Chirinos (@carl_chirinos)

En Carolina del Sur todos esperaban un triunfo de Hillary Clinton, pero nadie, ni siquiera los suyos, esperaba que fuera por un margen tan grande.

Tal fue el tamaño del triunfo que aun sin haberse reportado resultados de ni uno solo de los centros de votación, al minuto siguiente del cierre de las urnas, los medios de comunicación declararon ganadora a Clinton. Las cifras vendrían después.

La diferencia de 46% de los votos frente al senador Bernie Sanders le da a Clinton la confianza que necesitaba su campaña para enfrentar el resto de la contienda.

Ese parece haber sido el efecto, porque al agradecer la victoria Clinton anunció que su campaña “va a nivel nacional”, dando a entender que las primarias del partido son un trámite ya está resuelto y poniendo la mira en las presidenciales de noviembre.

Y eso, en vísperas del el supermartes o Super Tuesday, el día más importante del proceso de selección del nominado presidencial de los partidos Demócrata y Republicano, puede tener efectos devastadores en la moral de la campaña de Sanders.

¿Triunfalismo prematuro?

La mirada de Clinton – y del resto de los candidatos, republicanos y demócratas-, está puesta en el Super Tuesday o supermartes, el próximo 1 de marzo, cuando 13 estados tendrán sus primarias o sus asambleas electorales (caucus)

Si vamos a juzgar por las encuestas nacionales, es temprano para Clinton considerarse ya la candidata demócrata y actuar como si estuviera a punto de pasar a la siguiente etapa de la campaña.

Según el promedio ponderado de sondeos que realiza el sitio Real Clear Politics, la diferencia a nivel nacional entre los dpos precandidatos demócratas es tan solo de 5%.

Esa cifra puede reducirse si el senador por Vermont logra movilizar sectores que tradicionalmente no participan en procesos electorales con su discurso de justicia económica y en contra de las corporaciones que, según él, corrompen el sistema político.

Ese electorado no salió en Carolina del Sur. El discurso de Sanders no parece haber movilizado suficientes nuevos participantes, algo que es considerado clave para el éxito de su opción.

Este sábado votaron unas 360.000 personas, cifra sustancialmente menor que los 532.000 que salieron a votar en Carolina del Sur en 2008, cuando Obama –otro candidato gran motivador de nuevos electores- le sacó una ventaja de 30% a Clinton.
Buenos números

Sin embargo, es un buen momento matemáticamente hablando para Clinton y no sólo por la avalancha de votos que sacó en Carolina del Sur.

El viernes Gallup presentó un estudio que muestra que Clinton cuenta con 55% de favorabilidad, un brinco de 10 puntos respecto a la medición previa realizada en enero
Todo indica que, puestos a considerar la eventualidad de una elección nacional, algunos demócratas están dejando de apuntar a Sanders y valoran mejor la trayectoria de Clinton.

El miedo a la cada vez más posible candidatura presidencial del republicano Donald Trump puede estar ayudando a consolidar a Clinton en derimento de Sanders, pese a los sondeos que indican que el senador podría derrotar al empresario en las presidenciales.

Nueva retórica

Quizá presintiendo el tamaño de la derrota, Sanders viajó la tarde del sábado a Minnesota, para tratar de reforzar sus oportunidades en el supermartes, cuando los demócratas disputen el 22% de los delegados

Pero la Hillary Clinton del discurso victorioso de Carolina del Sur presenta un desafío al senador por Vermont, por la manera cómo se ha ido apropiado de su retórica de justicia social y desigualdad económica.

Esa brecha temática que impuso Sanders en la campaña Clinton la amplía ahora ella con su mejor comunicación con minorías negras e hispanas y con una natural conexión con mujeres.

El problema de Clinton siguen siendo los más jóvenes, pero es también un desafió para Sanders dada la baja participación que suelen tener en procesos electorales.

Objetivo: supermartes

Algunos analistas aseguran que Sanders no ha logrado conectar con grandes sectores de la comunidad afroamericana pese a que ha tratado de vincular su mensaje sobre desigualdad económica al problema de la discriminación.

Un punto clave para Clinton ha sido presentarse en las últimas semanas como la heredera natural y continuadora de la obra del presidente Barack Obama.

El presidente no ha dicho tener favoritos hasta ahora, pero los candidatos han pugnado por presentarse cada uno como el más cercano al primer mandatario negro de la historia de EEUU.

Con un 90% de apoyo entre afroamericanos, esa amistad tiene un valor que puede convertirse en votos en las urnas sobre todo resto en estados del sur, varios de los cuales se definen este supermartes.

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